lunes, 28 de septiembre de 2009

El euskera en la II Guerra MUndial


El arte del espionaje se valió del euskera durante la II guerra mundial. Seguro que no lo utilizaron generales como Patton y Rommel, pero fue fundamental en uno de los episodios de vital importancia para el desenlace de la contienda. Aunque menos conocido, el desembarco de Guadalcanal, en las actuales islas Salomón, que llevaron a cabo las tropas estadounidenses utilizaron la lengua vasca para las comunicaciones bélicas, según recoge la revista digital Plazaola, difundida por el centro Euskararen Etxea con motivo del Día del Euskera.

Mientras que los japoneses intentaban descifrar los códigos inventados por los estadounidenses, un general, Frank D. Carranza, hijo de emigrantes vascos, se percató de que entre el cuerpo de marines había 60 hombres de origen vasco.

Argot bélico

El uso de la lengua como código de comunicación de guerra dio lugar a un verdadero argot bélico para dar instrucciones a las tropas.El euskera no sólo era incomprensible para las tropas enemigas, sino que, además, la fluidez con que lo hablaban los espías de origen vasco permitía dar mucha velocidad a los diálogos. Bastaba con colocar marines que supieran inglés y euskera en ambos lados de la comunicación. El argot se extendió con expresiones más o menos fijas. «Egalari lagundu» (ayuda al piloto), «Egon arretaz egunari» (atentos al día X), Segarra erragiza, (operación manzana), fueron algunas.

Hasta la orden que marcó el inicio de la batalla de Guadalcanal fue cursada en la lengua vasca en agosto de 1942, según los datos del historiador Daniel Arasa. En la misma batalla, el bando aliado también utilizó otros idiomas desconocidos para los japoneses como el comanche y el navajo. El uso de este último, que fue relatado en la reciente película The

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